viernes, 4 de diciembre de 2015

Hacer lo que nos gusta, nos ayuda a todos.

Lo primero es descubrir nuestro propio talento.
Solemos ser talentosos en lo que nos gusta porque disfrutamos haciéndolo. Nos interesamos en aquello, aprendemos cada vez más de eso y nos volvemos más talentosos. Al volvernos más talentosos en lo que nos gusta nos trae mejores resultados y buenas experiencias, y por tanto nos gusta más.

Ahora que sabes que eres bueno en lo que te gusta, también sabes que puedes ser cada vez mejor.
Cuando sabes que cada día puedes ser mejor que ayer, sabes que puedes llegar a ser mejor que alguien más. Y al ser mejor que otros puedes ayudarlos. Ya sea entregándoles lo que sabes hacer, o bien, ayudándolos a aprender a ser mejores en ello.

Cuando tú ayudas a otros a ser mejor, estás haciendo lo mismo que alguien más hizo antes que tú para que tú adquirieras los conocimientos que posees ahora, por tanto estás retribuyendo al mundo lo que tú obtuviste de él, y además conseguirás propagar esa energía, porque en un futuro otros ayudarán a los demás.

En el proceso de aprendizaje, vas conociendo y experimentando cosas nuevas, y puede incluso que descubras algo diferente y lo plasmes de una forma única y te vuelvas pionero. Así participas en el desarrollo de la disciplina que te gusta, aportando para que esta se desarrolle.

Ahora piensa en la gente que aprendió de ti, y de las personas que aprendieron de las personas que aprendieron de tí. Todos agregando su cuota personal al crecimiento, dejando un legado que otros tomarán.

Así es como la humanidad se ha desarrollado. Por tanto, hacer lo que te gusta, nos ayuda a todos.